El Valencia salió vivo de Londres gracias a
golazo de Silva. Lástimaque un desafortunado accidente provocará el empate del Chelsea, pero elconjunto de Quique dio anoche un paso de gigante. Ahora es el favoritopara la vuelta el martes de Mestalla, donde debe rematar laeliminatoria.
El latigazo de Silva desde fuera del área a la media horadel partido marcará época. Por la factura, el escenario, porque acercaal
Valencia a las semifinales y también por la graduación definitiva deun jugador que ya ha dado varias noches de gloria al club que le hahecho jugador. David Jiménez Silva es fruto de una cantera que ensilencio está dando muy buenos futbolistas y que vuelve a demostrar quela mejor inversión en el fútbol es una buena planificación deportivadesde la base. La progresión del canario es un buen trabajo de laescuela blanquinegra, que ademas acertó en la elección para lasprácticas. Una primera cesión al Eibar, en Segunda, que le forjó elcarácter, y la del curso pasado en Vigo, donde explotó su descaro.
Silva hizo ayer olvidar la baja de Morientes y demostró quetambién puede ser un buen acompañante para Villa, donde estabancentradas todas las miradas y que por fortuna para Mourinho no tuvo sunoche. Podía haber sido un escandalo si el asturiano también hubieratenido suerte de cara puerta.
Mientras el Guaje no marcó, el otro delantero de moda en elterreno de juego, Drogba, estropeó la fiesta con un empate en el iniciodel segundo tiempo, en una extraña descoordinación de la defensavalencianista y Cañizares. El viejo conocido de Ayala de la final de laUefa de hace tres años, le ganó la espalda para igualar el marcador. Elgol provocó el bajón del
Valencia que rozó la tragedia cuando se volvióa lesionar de Vicente.
Los gestos de dolor del jugador con su mano en la pierna izquierdapresagiaba lo peor y provocaba una nueva depresión sobre suscompañeros. Pero el equipo está muy trabajado y aunque ya no fue lomismo, la salida de Angulo rehizo las líneas. Con eso y la contundenciaen el centro del campo se sacudió la presión. Albelda estuvo inmenso ysu acompañante ocasional, Albiol, tuvo menos lagunas que el sábadopasado cuando ensayó su recolocación ante el Espanyol.
El resultado era el deseado. Desde que el bombo sentenció elenfrentamiento con el primer acto en Londres, todo el entornovalencianista señalaba la importancia de marcar en Stamford Bridge. Setrataba de controlar el partido, y aunque el Chelsea ofrecía peligro encada jugada, en la contención el
Valencia es experto.
Quique se decidió al final por Joaquín el banda derecha y el conjuntoblanquinegro respondió bien a los primeros instantes del partido anteel sorpresivo planteamiento de inicio de Mourinho. El técnico lusosentó a Makelele y puso al joven Mikel y a Diarra en el centro delcampo. Además sacó a Salomon Kalou, el punta costamarfileño contratadopor el Chelsea esta temporada del Feyernood cuando estaba casi hechopor el
Valencia. Kalou fue la auténtica pesadilla azulona. El jugadorafricano se multiplicó durante la primera parte e hizo todo el trabajoreservado para Ballack y Shevchenko.
Quique ha hecho del Valencia un equipo con mucha disciplinaorganizativa que es muy correoso para sus rivales y que además se haganado el respecto europeo. Al principio Quique era una incógnita, peroen estos dos años ha demostrado que es muy válido para el banquillo delValencia. Si encima es capaz de meter al equipo en las semifinales yesa eliminatoria es ante el Liverpool de Benítez será la ocasiónperfecta para espantar definitivamente el espíritu del ex técnicovalencianista.
Sería un duelo perfecto. Pero todavía queda el partido del martes en Mestalla y que al Liverpool no le atragante el PSV.
