Las lesiones han martirizado al Valencia esta
temporada. En ese sentido, la campaña 2006-07 se recordada como la más aciaga de la historia del club, no sólo por el número de futbolistas afectados, sino por la gravedad de las dolencias y la duración de su inactividad. Sin embargo, a ocho jornadas para el final del campeonato, el equipo da la cara y lucha por el título. Ese es su gran mérito.
La victoria frente al Sevilla ha servido para aportar más confianza en el último tramo de la competición. El
Valencia recuperó el puesto de Champions, objetivo prioritario, pero quiere más. A pesar de las adversidades, como dijo Quique, seguirá peleando por la Liga.
Y eso que casi un 70% de la plantilla ha pasado por la enfermería. Una plaga inusual, con tres visitas al quirófano (Gavilán, Edu y Regueiro) para reparar los ligamentos cruzados de la rodilla, y en otros casos con repetidas roturas fibrilares, contracturas y sobrecargas musculares. Las cifras asustan.
Desde el inicio del campeonato, a finales de agosto pasado, no sólo no ha habido una sola jornada de Liga en la que el parte de bajas estuviera en blanco, sino que en 19 de los 30 partidos disputados Quique se vio privado de utilizar por lesión a seis o más futbolistas. Y en una decena de ocasiones tuvo que recurrir al filial para completar la convocatoria.
Inflamación de la rodilla El último en unirse a la larga lista de lesionados ha sido David Albelda, aquejado de una inflamación en la rodilla derecha. Todo estaba dispuesto para que el capitán fuera titular el domingo, frente al Sevilla, pero acabó viendo partido desde el palco.
Albelda refirió las molestias al llegar al vestuario de Mestalla, cuando se disponía a cambiarse para iniciar el calentamiento previo al partido. “Parece que la tengo hinchada”. El doctor Antonio Giner le examinó y acabó por extraerle
líquido sinovial, para rebajar la inflamación. Quique no tuvo más remedio que descartar al futbolista, con el fin de evitar riesgos. Es pieza básica en la formación y el
Valencia el sábado visita el Bernabéu, decidido a arrebatarle al Real Madrid la tercera plaza.
La lesión no tiene una incidencia directa con la el esguince del ligamento lateral interno de la rodilla derecha que sufrió en octubre pasado. Así lo dijo el doctor GIner.
Entonces el futbolista se perdió seis partidos y en enero, en vísperas del Betis-Valencia, presentó otra inflamación que precisó de la extracción del
líquido sinovial, pero no llegó a causar baja. Ahora los servicios médicos esperan recuperarlo para el decisivo partido del sábado, aunque dependiendo del estado que presente en las próximas horas, se sometería a un estudio más detallado.
Un rosario de motivos Cumplidas 30 jornadas de Liga, con el
Valencia vivito y coleando en dura pugna con Real Madrid, Sevilla y Barça –que son los que le aventajan a la clasificación–, viene a la mente el lamento de Quique: “La lástima es pensar qué sería de este equipo si hubiéramos tenido a más futbolistas lo largo de la temporada”.
En la recta final del año el
Valencia llegó a cumular hasta diez lesionados. “Eso, para cualquier club del mundo, es imposible de soportar”, dijo entonces Quique, preocupado por la situación.
¿Los motivos? No se han definido. Se ha hablado de la alimentación en la pretemporada para la reducción de peso –algo que ha provocado críticas al cuerpo técnico–, pero también de factores como el exceso de partidos, la rigurosidad de los entrenamientos, el estado de los terrenos de juego, la ausencia de descansos, las nuevas botas y el estrés competitivo, con independencia de que en algunos casos las lesiones han sido de tipo traumático, imposibles de prevenir.
Los servicios médicos del Valencia se han visto obligados a trabajar a forzadas. Médicos y fisios no paran para tratar de recuperar cuanto antes a los jugadores. Pero las lesiones llevan un proceso y en ocasiones ha resultado imposible adelantar la reaparición.
“Me preocupa que las lesiones no me hayan dejado jugar cuatro partidos seguidos”, se quejó el extremo Vicente, tras su enésima ausencia del equipo. Él, del mismo modo que Rubén Baraja, Marchena, Del Horno o Edu, que serían titulares en condiciones físicas normales, se han perdido más de la mitad de los partidos de Liga.
Otros jugadores no han tenido recambio y se han visto obligados a jugar hasta la saturación. El ejemplo más sintomático lo ofrece David Silva, que ha regateado la enfermería, pero acabará la temporada con más de 60 partidos a sus espaldas, entre Liga, Copa, Champions y selección.
